Ya sea que prefieras lo digital o lo analógico, es muy probable que una pared de tu salón de clases, el escritorio de tu oficina o un banco por el que pasaste en tu camino al trabajo o la escuela tenga un reloj. Si eso no es suficiente, está el reloj del automóvil familiar y todos los de los reproductores de DVD, reproductores de VHS, decodificadores de cable o satélite, televisores, microondas, cafeteras y hornos. El tiempo parece estar en todas partes, pero no siempre fue así.
Lo más probable es que el primer reloj fuera un palo parcialmente enterrado en el suelo. A medida que el sol recorría el cielo, la sombra proyectada por el palo se movía en incrementos mensurables. Este era un reloj de sol rudimentario; una forma inteligente, aunque limitada, de saber la hora. La precisión fue el verdadero problema cuando se trató del intento del hombre primitivo de bloquear la medición de tiempo corto. El sol era un gran indicador, pero el sistema no funcionaba de noche o cuando estaba nublado afuera. Otro problema era que la duración del día cambiaba a lo largo del año, cambiando cualquier medida incremental que se estableciera para marcar el tiempo.
En el siglo II, el astrónomo Ptolomeo dedujo que colocar un objeto inclinado paralelo al eje de la Tierra proporcionaría una medida incremental constante independientemente de la estación. [source: Behar]. Esto condujo a la medición estandarizada del tiempo, resolviendo un problema. El segundo problema, dar la hora cuando el sol no brillaba, inspiró una serie de soluciones ingeniosas. Los relojes de agua utilizaban goteo de agua, dejando una pequeña abertura en un recipiente para marcar el paso del tiempo. Las velas también se usaban mucho porque se quemaban a un ritmo constante cuando no había brisa. Los métodos románticos como los relojes de arena también se emplearon ampliamente, pero no fue hasta principios del siglo XIV.el siglo que apareció en escena un método nuevo y fiable: el reloj mecánico.
Nadie sabe quién lo inventó, pero este extraordinario dispositivo utilizó un escape oscilante para controlar el movimiento del mecanismo del reloj. [source: Eveything2.org]. Este fue un método bastante estable de medición de tiempos cortos, y revolucionó la forma en que el hombre se relacionaba con el paso del tiempo. Ahora, las personas podrían comenzar a programar citas y cumplirlas de manera confiable. La planificación precisa, como la de muchas celebraciones religiosas, podría estar estrechamente programada. El mundo comenzaba a cambiar. Un ritmo más rápido fue posible porque fue más fácil organizar actividades. El hombre estaba en el camino hacia los huevos de tres minutos, los cronómetros y los almuerzos energéticos.
Ahora que podemos sincronizar nuestros relojes, pasemos a la siguiente sección donde exploraremos las maravillas del baño.